Pese a las críticas y desafíos legales, la administración Biden defiende su nueva política migratoria y busca acuerdos con México.
En un clima político tenso, la Casa Blanca mostró este martes una firme confianza en que la reciente orden ejecutiva del presidente Joe Biden, que restringe las solicitudes de asilo en la frontera con México, prevalecerá ante los desafíos legales. Esta medida se implementa en un contexto de creciente presión migratoria y oposición política.
Respuesta de la Casa Blanca
Desde el Air Force One, la portavoz de prensa, Karine Jean-Pierre, manifestó a los medios de comunicación la seguridad del gobierno en la legalidad de la orden. «Estamos seguros de que resistirá los desafíos legales. El presidente quiere abordar el sistema de migración en la frontera de manera integral, algo que no se ha hecho en décadas», afirmó.
Jean-Pierre también subrayó los repetidos intentos del presidente por lograr una reforma migratoria en el Congreso, esfuerzos que han sido frustrados por la negativa de los republicanos. «El presidente quería una solución bipartidista, pero los republicanos votaron en contra», recordó, señalando el reciente rechazo del Senado a una propuesta de ley que buscaba restringir la migración y el acceso al asilo.
Desafíos y oposición
La orden ejecutiva, que permite deportar a quienes no cumplan con estrictos estándares de asilo cuando las detenciones diarias en la frontera superen las 2,500 durante siete días consecutivos, ha recibido críticas no sólo de la oposición, sino también dentro del propio partido demócrata. El senador por California, Alex Padilla, presidente del Subcomité Judicial del Senado sobre Inmigración, Ciudadanía y Seguridad Fronteriza, se unió a las voces críticas señalando que la medida no aborda de manera efectiva los desafíos en la frontera.
La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) ya ha anunciado que impugnará la orden en los tribunales, argumentando que es un eco de la prohibición de entrada emitida por el gobierno de Donald Trump en 2018.
Impacto y reacciones en México
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, busca un acuerdo con Biden para que los migrantes deportados sean enviados directamente a sus países de origen y no a territorio mexicano. «Estamos buscando que lleguen a un acuerdo para que, si deciden deportar, lo hagan directamente. Nosotros tratamos muy bien a los migrantes, pero es mejor un acuerdo directo», comentó el presidente.
La cooperación entre ambos gobiernos es evidente en el acuerdo existente, en el que México acepta hasta 30,000 ciudadanos al mes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, tras serles negada la entrada a Estados Unidos. No obstante, hay incertidumbre sobre el destino de ciudadanos de otros países bajo la nueva directriz de Biden.
Una solución integral
Biden ha enfatizado repetidamente la necesidad de una solución integral al sistema migratorio roto de Estados Unidos. «Confiamos en el componente legal de esto, pero el presidente nunca dejará de actuar», insistió Jean-Pierre.
La orden ejecutiva, que entró en vigor este martes, pretende ser una respuesta firme y rápida a una problemática compleja, aunque sigue generando divisiones y debates intensos en ambos lados de la frontera.
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