Las autoridades han retirado más de 350 cámaras de videovigilancia instaladas de forma ilegal por grupos del crimen organizado en distintos municipios de Puebla, incluidas 17 en Amozoc.
Estos dispositivos, conocidos como “cámaras parásito”, eran colocados en puntos estratégicos para vigilar los movimientos de la policía y detectar momentos de menor presencia de las fuerzas de seguridad.
El operativo en Amozoc se realizó de manera conjunta entre la SSP, la Policía Municipal, la Marina y la Sedena, con el objetivo de desarticular la infraestructura tecnológica de las células delictivas.
Movimientos similares se registraron en otras localidades del estado, donde se retiraron decenas de cámaras más, revelando un patrón de vigilancia ilegal que facilitaba la operación de redes criminales.
Estas acciones están vinculadas a casos de personas desaparecidas, algunas de las cuales lograron ser liberadas, aunque al menos un individuo sigue sin ser localizado según los informes oficiales.
Pese al retiro de cientos de cámaras, la delincuencia continúa activa. Recientemente, dos hombres armados asaltaron clientes de una gasolinera en San Mateo Mendizábal, hiriendo al encargado y llevándose dinero en efectivo, un hecho que demuestra que las acciones de seguridad aún enfrentan retos significativos.
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