La reforma judicial en México ha desatado una intensa controversia, generando reacciones de figuras políticas de peso. Entre ellas destaca la del expresidente Ernesto Zedillo (1994-2000), quien, pese a su usual discreción sobre temas nacionales, ha decidido alzar la voz contra lo que considera una amenaza para la democracia del país. Zedillo ha afirmado que la reforma «destruirá el Poder Judicial y enterrará la democracia mexicana», declaraciones que han provocado una respuesta inmediata por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Zedillo rompe su silencio: «México podría convertirse en una tiranía»
En una inusual aparición pública, Zedillo criticó duramente la reforma judicial durante una entrevista con Radio Fórmula. «Aseguro con absoluta convicción que lo que ha sucedido la trágica semana pasada es que se han sentado las bases para que México se convierta en una tiranía, es un riesgo que existe hoy con altísima probabilidad», declaró el expresidente. Explicó que su decisión de hablar ahora, después de años sin involucrarse en la política nacional, fue motivada por lo que él percibe como una amenaza a la República. «Cuando veo que la República está en riesgo, no puedo quedarme callado, no puedo ser cobarde», añadió.
La reforma en cuestión, promovida por el partido gobernante MORENA, propone cambios sustanciales en el sistema judicial. Zedillo argumenta que esta reforma amenaza la independencia del Poder Judicial y permite al Ejecutivo y Legislativo controlar quiénes serán los encargados de impartir justicia. «Esta reforma está muy cuidadosamente diseñada para que los Poderes Legislativo y Ejecutivo, que como vemos ahora han caído en manos de un solo partido, puedan determinar quiénes tendrán la responsabilidad de ser juzgadores en el sistema judicial», señaló el exmandatario en otra entrevista con Ciro Gómez Leyva.
Reforma judicial y democracia: El choque de visiones
Uno de los puntos más álgidos de la crítica de Zedillo es su rechazo a la idea de que la elección popular de jueces, como plantea la reforma, sea un avance democrático. «Defender que la reforma es una modificación para que el pueblo pueda elegir a sus jueces y ministros de la Corte es una postura absolutamente demagógica», aseguró. Según el expresidente, permitir que un solo partido controle el Poder Judicial es un paso hacia la tiranía. «No, eso no es democrático», enfatizó, subrayando que la independencia judicial es esencial para cualquier democracia auténtica.
Entre las preocupaciones de Zedillo también destaca la reducción de los requisitos para ocupar cargos en el Poder Judicial y la destrucción de la carrera judicial. Considera estos cambios como «escandalosos» y una clara señal de la erosión de la independencia del sistema.
La respuesta de López Obrador: «Es de risa, hacen el ridículo»
El presidente López Obrador, conocido por su crítica feroz hacia sus predecesores, no tardó en responder. Desde su tradicional conferencia matutina, desestimó las críticas de Zedillo y las calificó como ridículas. «Es de risa, hacen el ridículo», declaró el mandatario al referirse a los señalamientos de Zedillo. Además, en su respuesta, López Obrador repasó lo que él considera los errores más graves del gobierno de Zedillo, desde la crisis económica conocida como el «error de diciembre», hasta la creación del FOBAPROA y la represión en ACTEAL.
En un esfuerzo por contrastar su administración con la de sus antecesores, López Obrador afirmó: «Vivimos ahora sí una auténtica democracia, no es dictadura, no es dictablanda y tampoco es oligarquía como era antes, el gobierno de una minoría con fachada de democracia». Así, el presidente buscó reforzar su argumento de que su gobierno es radicalmente distinto al «viejo régimen» que representa, según él, Zedillo.
Controversias dentro y fuera de MORENA
La reforma judicial no solo ha generado tensiones entre López Obrador y Zedillo, sino también dentro del propio MORENA y con sus aliados. La aprobación de la reforma se consiguió mediante un controvertido pacto con el clan Yunes, una familia tradicionalmente ligada al Partido Acción Nacional (PAN), y el acuerdo con un senador de Movimiento Ciudadano (MC) para que se ausentara de la sesión. Este tipo de maniobras políticas, acompañadas de acusaciones de amenazas y extorsiones, han generado inquietud incluso entre los simpatizantes de MORENA.
Zedillo no se contuvo en su crítica sobre la forma en que MORENA sacó adelante la reforma, calificando las tácticas empleadas como «gansteriles». Para el expresidente, estos métodos reflejan el regreso a prácticas políticas del viejo régimen, prácticas que, según él, el movimiento obradorista había prometido erradicar.
Sheinbaum también responde a Zedillo
Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta electa y sucesora de López Obrador, también entró en la discusión. En respuesta a las críticas de Zedillo, Sheinbaum lo describió como un «representante del viejo régimen, el régimen de corrupción y privilegios». En declaraciones desde su casa de transición, Sheinbaum Pardo defendió la reforma judicial como un esfuerzo para combatir la corrupción en el Poder Judicial. «Dicen que vamos al autoritarismo y al fin de la República porque se van a elegir jueces por voto popular, pero, ¿cómo? Ahora resulta que la democracia es autoritarismo», comentó, calificando la postura de Zedillo como contradictoria.
Además, Sheinbaum Pardo arremetió contra el expresidente por su papel en el rescate bancario conocido como Fobaproa, al que describió como «el mejor ejemplo del vínculo entre el poder económico y el poder político».
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