La crisis en el sistema de salud público de Puebla volvió a estallar este jueves. Personal médico, administrativo y de enfermería de distintas regiones realizó un paro parcial de labores para denunciar la falta de condiciones mínimas para brindar atención adecuada a los pacientes.
La protesta se desarrolló en hospitales y centros de salud de municipios como Tehuacán, Zacatlán, Huauchinango, Izúcar de Matamoros y Teziutlán, donde trabajadores colocaron carteles y lonas afuera de las instalaciones, alertando a la población sobre la escasez de medicamentos, materiales, equipo médico e incluso servicios básicos como agua potable.
Uno de los reclamos más urgentes es la interrupción del tratamiento de hemodiálisis para pacientes con insuficiencia renal. Según denunciaron familiares, la empresa encargada del servicio retiró sus equipos al terminar su contrato, dejando a decenas de enfermos sin atención.
Aunque el gobierno estatal afirmó haber resuelto el problema mediante una ampliación del contrato, el suministro de hemodiálisis sigue siendo parcial. Algunos pacientes han tenido que recurrir a clínicas privadas, enfrentando gastos que muchas veces resultan inalcanzables.
Julio Alfredo García, líder de la Sección 25 del SNTSA, advirtió que si no hay respuesta, podrían cerrar áreas completas donde no haya insumos para continuar trabajando. “No es un paro político, es una medida para exigir condiciones dignas para cuidar la vida de los pacientes”, señaló.
Mientras tanto, las autoridades han instalado una mesa de diálogo con representantes sindicales. El coordinador estatal del IMSS-Bienestar, Jerónimo Lara, reconoció las deficiencias, atribuyéndolas a fallas nacionales de abasto, sin precisar fechas para una solución definitiva.
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