Dentro del penal femenil de Ciudad Serdán, varias internas participan en actividades religiosas coordinadas por una reclusa que se ha convertido en referente espiritual, organizando rezos diarios y grupos de catecismo.
La mujer, identificada como Marilyn Karina Cote Mendieta, enfrenta actualmente siete vinculaciones a proceso: cinco por presunta usurpación de funciones y dos por amenazas, mientras se analiza si podría responder por prescripción ilegal de medicamentos controlados.
A pesar de su situación legal, ha logrado consolidar un rol de liderazgo dentro del penal, ejerciendo influencia sobre las internas y manteniendo activa la participación en los rituales religiosos.
Funcionarios penitenciarios y reclusas coinciden en que la presencia de Cote Mendieta ha transformado la dinámica de ciertas actividades dentro del centro, otorgándole notoriedad en la vida cotidiana de Ciudad Serdán.
El caso ha llamado la atención del público desde 2024 y 2025, cuando los procesos judiciales en su contra comenzaron a difundirse, contrastando la dimensión espiritual que ha adquirido con las acusaciones legales que enfrenta.
Mientras espera la resolución de su situación judicial, continúa organizando actividades religiosas, lo que genera debate sobre la supervisión de programas internos y cómo algunos internos logran ocupar un rol de influencia dentro del penal.
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