El suministro de gas LP en Puebla enfrenta una crisis que ha afectado tanto a hogares como a negocios en distintos municipios. En las últimas semanas, varias estaciones han limitado la venta del combustible o suspendido temporalmente el servicio ante la falta de abasto proveniente de las plantas distribuidoras, lo que ha generado largas filas y retrasos en el llenado de tanques.
Trabajadores del sector explicaron que la distribución se ha reducido drásticamente y que, para administrar el poco producto disponible, algunas estaciones solo ofrecen alrededor de 50 servicios diarios. La medida, dijeron, busca garantizar el suministro a sectores prioritarios, como el transporte público y negocios esenciales, aunque ha dejado a muchos usuarios domésticos sin posibilidad de cargar sus cilindros.
Empresas como Raza Gas y Global Gas confirmaron que el desabasto se presenta desde hace más de una semana y que el problema se ha agravado en los últimos días. En varios puntos de venta, se colocan avisos para informar que no hay combustible disponible, mientras los empleados piden paciencia a los clientes y aclaran que la situación no depende de ellos, sino del suministro desde las plantas.
De acuerdo con operadores y empresarios del sector, la escasez estaría relacionada con afectaciones en los ductos de Veracruz a causa de las lluvias recientes, lo que ha obligado a transportar el gas por carretera. Este cambio logístico ha incrementado los tiempos de entrega y los costos de operación, complicando aún más el abasto en la entidad.
Fredy López Fuentes, gerente de una planta distribuidora en Puebla, señaló que trasladar el producto desde terminales más lejanas, como Tuxpan, encarece los gastos de transporte y retrasa los pedidos. Aunque las plantas locales no se han quedado totalmente sin gas, reconoció que las entregas se están realizando con demoras considerables.
El precio oficial del gas LP se mantiene en 10.64 pesos por litro; sin embargo, los empresarios advierten que si la situación persiste, los costos de operación podrían generar un incremento en el precio final. Mientras tanto, los usuarios intentan prever el desabasto cargando tanques de reserva o reduciendo su consumo, en espera de que el suministro se normalice en las próximas semanas.






