La marcha por la seguridad en San Pedro Cholula, coordinada por la perredista Roxana Luna y el priista Alejandro Oaxaca, evidenció la limitada fuerza política de sus convocantes. Con menos de 50 asistentes, la movilización quedó reducida a familiares y amigos cercanos, sin lograr generar presión ni visibilidad en la agenda local.
La escasa participación reflejó la falta de respaldo político y social: otros partidos, como el Pacto Social de Integración (PSI) y Movimiento Ciudadano (MC), se deslindaron públicamente de la actividad, negando su aval y distanciándose de los organizadores.
Para dar mayor dinamismo al recorrido, se incorporó la marching band “Atlali” de Atlixco, pero la música no logró llenar el vacío de simpatizantes ni modificar la percepción de debilidad política.
Durante la marcha, Luna y Oaxaca encabezaron un contingente reducido que se dispersó con rapidez, sin transmitir un mensaje político contundente ni conectar con los habitantes de la localidad.
A pesar de los intentos de visibilizar su causa, la actividad transcurrió sin incidentes, con presencia policial que garantizó el orden y la seguridad de los participantes, evitando cualquier altercado.
La limitada convocatoria puso de relieve la falta de estructura política de los organizadores, evidenciando que sus esfuerzos no lograron consolidar apoyo ciudadano ni fortalecer su posición en la política local.
Al finalizar la jornada, la marcha dejó una clara señal de fragilidad política de Roxana Luna y Alejandro Oaxaca, marcada por la dificultad para movilizar seguidores y generar impacto en San Pedro Cholula.
