Méndez, de 70 años, mantuvo una relación con Torres en 1988, de la cual nació su hijo, Pedro Antonio Torres. Aunque la pareja se separó en 1996, siempre conservaron una relación cercana. El productor, además, es padre de dos hijas y actualmente comparte su vida con la empresaria Saddy Abaunza.

Desde hace varios meses se han difundido versiones sobre un posible diagnóstico de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) en Torres. Si bien él no ha confirmado públicamente su estado, Lucía decidió hablar sobre lo que viven tanto ella como su hijo.

La actriz explicó que atraviesan una etapa complicada, pero llena de esperanza. Compartió que Pedro Antonio se encuentra en un momento importante de su carrera, aunque emocionalmente afectado por la salud de su padre.

Con visible sensibilidad, Méndez aseguró que Pedro Torres continúa luchando y que su condición no es tan grave como se ha especulado, aunque admitió que esta situación la ha hecho llorar profundamente por tratarse de alguien que marcó de manera definitiva su vida.

“Está estable, no está como muchos piensan, pero para mí es muy doloroso. He llorado enormemente porque es un hombre que dejó una huella en mi vida; es el amor de mi vida y el padre de mi hijo”, comentó.

La actriz también destacó la trayectoria del productor, a quien considera un ejemplo de disciplina y dedicación tanto en lo profesional como en lo personal. Además, reflexionó sobre lo efímera que puede ser la existencia y la importancia de valorar cada momento.

Aunque tradicionalmente suele viajar en Navidad, este año Méndez planea pasar las fiestas al lado de Pedro Torres y su familia. Enviándole un mensaje lleno de cariño, expresó: “Pedro es un hombre maravilloso, por eso me enamoré de él, y sé que Dios está contigo”.

Pedro Torres, originario de Saltillo, inició su carrera en los años 70 tras formarse en la London International Film School. Destacó en la publicidad y la producción de videos musicales junto a figuras como Luis Miguel, Amanda Miguel, Emmanuel y la propia Lucía Méndez. Más tarde revolucionó la televisión mexicana al producir el primer reality show nacional, “Big Brother”, en 2002, programa que se mantuvo al aire hasta 2015 y alcanzó audiencias récord de más de 20 millones de espectadores.