El equipo escarlata ganó los dos encuentros amistosos ante el equipo de las Grandes Ligas, duelos que se desarrollaron en un pletórico Harp Helú
Una barrida histórica se vivió en el estadio Harp Helú, cuando los Diablos Rojos del México se impusieron en los dos partidos al equipo de los Yankees de Nueva York, primero derrotando a los neoyorquinos 4-3 y ayer con otro triunfo para los locales, ahora por pizarra de 8-5.
El domingo la victoria fue, también, para los Diablos Rojos con un emocionante 4-3, con lo que los Yankees se regresan a casa barridos en la miniserie de exhibición, en su primera visita a la Ciudad de México desde 1968.
Fue toda una fiesta en tierra azteca, pero sobre todo porque los escarlatas respondieron y se entregaron en el diamante y lucharon hasta el último out para dejar con las manos vacías a los del Bronx.
De esta manera la franquicia más ganadora de México mostró poder en el orden al bat y con dos palos de cuatro esquinas se llevaron una serie de dos juegos en Ciudad de México, en donde sin duda el máximo ganador de este enfrentamiento fue el béisbol y sus aficionados.
Los Yankees después de haber sido derrotados el domingo 4-3, llegaron al segundo juego ante los Diablos con el deseo de demostrar que son un equipo de la Gran Carpa, salieron a buscar el encuentro desde el primer inning, sacando de forma prematura al abridor escarlata, Ronnie Williams.
Como era de esperarse, un juego espectacular, todo comenzó a vibrar con un lance de Julián Ornelas en el jardín central quien, pegado a la barda, le robó un extrabase a Giancarlo Stanton; ya con dos fuera, Oswaldo Cabrera recibió base por bolas, Óscar González conectó sencillo y llegaría José Treviño para remolcar un par de carreras con un doblete ante los envíos del abridor escarlata Ronnie Williams.
Escarra se embazó gratis y Kevin Smith mandó a la registradora a Treviño con sencillo para el 3-0 a favor de los Yankees, provocando que el abridor Williams dejara el juego luego de 0.2 entradas, teniendo una labor de tres carreras y tres hits, otorgando tres base por bolas y solamente ponchar a uno.
Para la tercera entrada, una vez más José Treviño conectó un elevado al jardín derecho que perdió José Pirela y se convirtió en triple; posteriormente apareció JC Escarra que con sencillo remolcador de una carrera al central para el 4-0, todo esto ante los envíos del relevista venezolano Erick Leal, parecía que todo se derrumbaba en este juego.
Al sentirse dolidos y ante su gente, los Diablos Rojos del México despertaron en la parte baja de la tercera entrada provocando la locura en el estadio Harp Helú; el ataque comenzó con Juan Carlos Gamboa y Carlos Sepúlveda quienes abrieron y se embazaron con sencillos. Robinson Canó llenó las bases con una base por bolas. José Pirela entregó el primer out con un ponche, le siguió Julián Ornelas, que recibió base por bolas para producir de caballito y con ello romper el cero en este partido.
Todo quedó servido para que llegara el cubano Diosbel Arias, quien se voló la barda por el jardín izquierdo para un grand slam que le dio la voltereta a la pizarra, y poner en ventaja a los pingos con pizarra de 5 carreras a 4 y con ello hacer explotar a todo el estadio.
Este batazo de vuelta entera fue la salida del abridor de los neoyorquinos, del mexicano Luis Serna, oriundo de San Luis Río Colorado, Sonora, y con tan sólo 19 años de edad busca consolidarse en la Gran Carpa, su labor en este juego fue de 2.1 entradas, registrando cinco carreras, con cuatro imparables, otorgó tres bases por bolas y solamente ponchó a tres.
La fiesta no iba a terminar ahí, ya que el rally continuaría ahora ante el relevista Danny Watson; el escarlata Ramón Flores recibió pelotazo, José Briceño bateó un sencillo al izquierdo y Juan Carlos Gamboa le siguió con un cuadrangular de tres carreras por el jardín central y de esta manera aumentar la pizarra 8 carreras a 4 y poner adelante a los Diablos Rojos del México y hacer que el estadio fuera un volcán de emociones.
El trabajo en la loma de los disparos del equipo mexicano fue perfecto al colgar cuatro argollas seguidas para asegurar la victoria. El trabajo del bullpen con Adrián de Horta que lanzó 2.0 entradas con un hit y un ponche; apoyado por Daniel Missaki que se metió en problemas al llenar la bases de Yankees y con dos outs, logró salir del problema con un ponche a Cole Gabrielson; y finalmente Tomohiro Anraku se le embazaron dos bateadores, pero logró los últimos tres outs del juego, dos de ellos por la vía del ponche para decretarse así la victoria y con ello sumar su salvamento, en este partido.
Así que los Diablos Rojos del México concluye esta serie ante los Yankees de Nuevo York en la Ciudad de México y con dos triunfos históricos esto después de 56 años de su primer enfrentamiento entre estas dos escuadras, pero sin duda el máximo ganador de estos juegos fue el béisbol mexicano y toda su afición que abarrotó los dos juegos en el estadio Harp Helú.
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