Al menos cinco personas resultaron heridas en el centro histórico de Puebla durante un enfrentamiento entre policías municipales y comerciantes ambulantes, incluido el líder de la organización “11 de Marzo”. La violencia se desató luego de que se rompiera un acuerdo que prohibía a los vendedores instalarse ciertos días de la semana.
Testigos relataron escenas de pánico y detonaciones que obligaron a transeúntes y locatarios a refugiarse en negocios y edificios cercanos. El enfrentamiento puso de relieve la falta de protocolos claros para manejar conflictos de este tipo en áreas concurridas.
La situación obligó a la intervención de la Policía Estatal, la Secretaría de la Defensa Nacional y la Marina, quienes sitiaron calles clave —3 Norte, 2 y 10 Poniente— para controlar la violencia.
Comerciantes y organizaciones locales advierten que este tipo de operativos no resuelve los problemas de fondo, como la falta de espacios formales para la venta ambulante, y que los conflictos podrían repetirse si no hay soluciones estructurales.
Críticos señalan que la estrategia actual prioriza la represión sobre la prevención y la negociación, dejando a la población y a los trabajadores informales en medio del riesgo, especialmente en una zona que concentra comercio, turismo y tránsito peatonal.
