Ante las graves deficiencias del Hospital General de Cuetzalan, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo anunció que el nosocomio será incluido en un plan emergente del IMSS Bienestar para mejorar infraestructura, quirófanos, equipos y atención médica. Actualmente, la situación del hospital es crítica al dejar sin atención a pacientes y personal en riesgo.
Recientes cortes de electricidad dejaron al hospital sin energía, afectando cirugías y la conservación de medicamentos. Quirófanos permanecen fuera de servicio y muchos equipos esenciales continúan inoperantes, lo que evidencia que la intervención anunciada llega tras años de descuido.
La falta de médicos especialistas agrava la atención. La propuesta de que profesionales de localidades cercanas se trasladen dos o tres días por semana para realizar cirugías programadas es vista como una solución temporal que no cubre la demanda real de la población.
El desabasto de medicamentos es otro factor crítico. Aunque la presidencia aseguró que esta semana comenzará la distribución de fármacos, activistas y pacientes advierten que las entregas irregulares ponen en riesgo tratamientos y la vida de quienes dependen del hospital.
Además, el personal del hospital enfrenta condiciones de trabajo precarias que dificultan brindar atención adecuada. Enfermeras y médicos deben cubrir múltiples turnos por falta de especialistas, mientras la infraestructura y los recursos continúan siendo insuficientes.
El Hospital de Cuetzalan evidencia la precariedad estructural que afecta a hospitales en zonas con recursos limitados. Aunque la intervención del IMSS Bienestar es necesaria, especialistas y ciudadanos advierten que solo un plan integral y sostenido garantizará una atención médica segura y continua.






