Más de 3 mil denuncias por robo de autopartes se han registrado en Puebla en los últimos dos años. Este delito ha aumentado significativamente, con un promedio de ocho casos diarios reportados ante la Fiscalía General del Estado (FGE). Solo en el primer trimestre de 2025, las denuncias superaron las 460, lo que representa un incremento del 6.2% en comparación con el mismo periodo de 2024.
Las piezas más robadas son espejos laterales, llantas, faros y estéreos, que debido a su alta demanda y rápida reventa, se comercializan fácilmente en el mercado negro. Estos artículos son sustraídos de vehículos estacionados en zonas públicas o vigiladas, afectando a miles de automovilistas en todo el estado.
En la 46 Poniente, al norte de Puebla, opera una zona conocida por la venta ilegal de autopartes. Allí, los comercios informales ofrecen piezas usadas a precios considerablemente más bajos que los del mercado legal, como espejos que van de 800 a 2,000 pesos o neumáticos con rin que se venden entre 1,000 y 3,000 pesos.
Estas transacciones se realizan sin factura ni garantía, facilitando la compra y venta de productos robados. Aunque las autoridades han intentado regular estas actividades, la falta de control efectivo ha permitido que estos mercados continúen funcionando debido a la alta demanda de autopartes a precios reducidos.
Valeria, víctima de este delito en abril de 2024, relató cómo su Audi A5 fue despojado de las cuatro llantas mientras estaba estacionado en el fraccionamiento Las Haras. Debido a que su aseguradora no cubrió robos parciales, tuvo que cubrir una reparación de 300 mil pesos, pues cada llanta costaba alrededor de 80 mil pesos en la agencia.
Este tipo de incidentes se repiten constantemente en Puebla, generando grandes pérdidas económicas para los afectados. La venta ilegal de autopartes no solo persiste en mercados físicos, sino también en plataformas en línea, lo que amplía la disponibilidad de piezas robadas y dificulta su rastreo.
A pesar de los esfuerzos para frenar este delito, la venta de autopartes robadas sigue siendo un problema creciente en Puebla. La falta de regulación efectiva y el constante aumento de la demanda en el mercado negro siguen alimentando este ciclo delictivo que afecta a miles de automovilistas.
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