Ante la presión arancelaria impuesta por Estados Unidos, la planta de Volkswagen en Puebla aplicará un paro técnico de dos semanas que afectará directamente a más de 2 mil trabajadores, quienes percibirán solo el 50% de su salario durante ese periodo.
La suspensión se llevará a cabo del 25 de agosto al 7 de septiembre, como parte de una estrategia de la automotriz para reorganizar su cadena de suministros, que se ha visto afectada por la escasez de componentes y la incertidumbre derivada de nuevas medidas comerciales del gobierno estadounidense.
El paro no será uniforme. Durante la primera semana se detendrá la producción de los modelos Jetta y Tiguan, mientras que el ensamblaje del Taos continuará. Para la segunda semana, todas las líneas quedarán fuera de operación.
Volkswagen notificó a sus proveedores que deberán continuar con las entregas bajo nuevas condiciones de acceso a almacenes y horarios restringidos. Además, se organizarán reuniones con proveedoras en situación crítica para establecer metas de producción y revisar su cumplimiento.
Esta decisión se da en medio de un clima adverso para las exportaciones mexicanas, especialmente en el rubro automotriz, luego de que Estados Unidos anunciara nuevos aranceles del 30% para productos provenientes de México. Aunque las exportaciones del sector aún están protegidas parcialmente bajo el T-MEC, el entorno comercial ha comenzado a tensionarse.
La empresa sostiene que este será el único paro programado en 2025, lo que sugiere una medida preventiva. No obstante, el recorte salarial y la inestabilidad laboral ya están generando inquietud entre el personal, al tiempo que el freno a la producción podría tener efectos en cadena para la economía local, particularmente en sectores que dependen del movimiento de la planta.
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